domingo, 26 de mayo de 2013

Movimiento Creativo


La clase de hoy  fue totalmente distinta a todas las otras clases que hemos tenido en el año. Se trataba de hacer movimiento creativo. Al principio pensé que iban a poner música y teníamos que bailar, pero hacer movimiento iba a ir más allá de eso.
Ansiedad de la clase
La profesora la semana anterior nos había dicho que debíamos venir con ropa cómoda, la cual se pueda ensuciar ya que nos podríamos tirar al suelo. La ansiedad se notaba en todo el curso, ya que estábamos en una dinámica de clases muy distinta  a la que vivimos todos los días en las salas al estar sentados con un cuaderno y tus lápices, escuchando al profesor y tomando apuntes. El ruido que había al comienzo era harto, por lo que la profesora Erna más de una vez nos tuvo que hacer callar y explicarnos que estas instancias eran para vivirlas de la mejor manera, por lo que se necesitaba del silencio para poder conectar con las cosas que haríamos. Esto lo pude comprobar cuando nos pusimos en fila, cerramos los ojos y pusimos nuestras manos en los hombros de nuestro compañero de enfrente, y empezamos a dar pequeños golpecitos, luego en su cabeza y después en la espalda, estábamos todos en silencio por lo que lo único que se escuchaba era el ruido de todas las manos dando golpes despacito al mismo tiempo, al mismo ritmo, luego íbamos un poco más rápido, un poco más fuerte. Fue un momento muy interesante, en donde el silencio de nosotros nos hizo sentir solo el sonido de las manos golpeando unos hombros.
 Hacer el ejercicio de mirarse a los ojos
Con nuestra ropa cómoda

es algo que uno no hace a menudo, que a más de una persona le cuesta detenerse, y no nos damos cuenta de cuánto nos pueden decir de alguien. Lo que hicimos fue saludarnos, algo tan cotidiano y normal para nosotros, esta vez teníamos que caminar sin rumbo y saludar a nuestros propios compañeros de distintas formar, pero lo más importante mirándonos a los ojos. Mucha risa nos sacó este ejercicio, por una parte chocábamos entre nosotros al movernos por la sala y saludarnos de distintas formas como tocándonos las orejas, apretándonos las mejillas, agarrándonos los hombros, etc, nos pareció chistoso, pero simplemente porque era algo distinto, que por lo menos yo nunca había hecho. En ese rato pude mirarle la cara a todos mis compañeros, algo que en la práctica de nuestra profesión debemos realizar, hacer el gesto de saludar, detenernos a mirar su cara a quién atendamos y sobre todo mirarlo a los ojos.
La clase siguió, nos movimos de distintas formas, y pudimos experimentar eso de movimiento creativo. Finalmente nos dividimos en grupos, nos sentamos en círculo y lo que teníamos que hacer era simplemente tocar una mano de los compañeros que tenía al lado mío. Cerramos los ojos, y simplemente sentimos. Increíble lo que eso puede provocar, la concentración que tienes que tener para sentir y transmitir energías hacía quienes tienes al lado.
Esta clase pude ver con los ojos cerrados, me detuve y pude sentir cosas tan simples del día a día.

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